viernes, 1 de noviembre de 2013

LAS OFRENDAS DEL DÍA DE LOS MUERTOS


Todos santos y el día de los fieles difuntos

La vida cotidiana  en el campo se prepara en estos días para la celebración de las misas y oraciones en favor de los difuntos más cercanos como familiares, amigos y autoridades comunales.

Sus orígenes se remontan a las costumbres tan antiguas de la cosmovisión originaria con una variedad  tan heterogénea,  como culturas y familias que la practican.

En los tiempos anteriores al cristianismo, las ofrendas se componían de todos los alimentos y bebidas que eran del agrado de las almas y espíritus que se recordaban y se convocaban a que degustaran la mesa preparada  en la sala del hogar familiar; carne asada, pan de maíz, bebidas espirituosas; chicha, aloja, etc. realizadas con frutos, especias,  hierbas aromáticas, y toda una variedad  de savias y decocciones. Además junto ellos se preparaban los alimentos que representaban a la tierra como la papa, la oca. Como así también se encuentran presentes el fuego en las velas y el agua en los vasos que servían para saciar la sed de las almas. En efecto no podían faltar entre las ofrendas de pan de maíz, o pan  de haba con las  figuras  de  los objetos preferidos de los difuntos; escaleras, animales, peinetas, instrumentos de caza, trabajo y objetos personales.


En la actualidad los creencias originarias han atravesado un largo proceso de transformación producto de la conquista, y de la subordinación de más de 500 años desde la llegada de la espada, la cruz y la pluma, siendo estos tres elementos los  que han  modificado las costumbres, con elementos provenientes del cristianismo. Es así como la mesa se levanta después de la misa en honor de los fieles difuntos, y por la salvación de su alma. La mesa contemporánea tiene la cruz como uno de las figuras de pan de harina de trigo  más elaboradas, sin restarle lugar a los objetos preferidos del difunto tanto personales como de trabajo.  A la par de las flores que perfuman y ornamentan la mesa, estampas de todos los santos coronan las mesas junto a bebidas frescas y espirituosas.
 
Estas costumbres decantadas sobre siglos de colonización política militar y espiritual, será llamada por los antropólogos “sincretismo” religioso,  para los Pueblos Originarios es una resistencia que sobrevive a pesar de los intentos  de  extirpación. En Salta,  según las regiones  algunas Comunidades Indígenas y criollas recuerdan de manera similar a sus seres queridos en las fiestas de “todos santos y fieles difuntos” visitando y enflorando las cruces de los cementerios familiares. Es así como con la presencia  simbólica de los seres queridos, la misa precede a la degustación de los manjares originarios y criollos.



Finalmente la mesa se convierte en sobremesa, entre cantos y plegarias se despiden las jornadas con coplas y bagualas de los recordados, solicitando amparo y bienaventuranzas  en las actividades del campo, la abundancia y la prosperidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario